Los niños y los adolescentes
El Ministerio Infantil y del Adolescente existe y trabaja para facilitar y coordinar las acciones que despiertan la fe y el amor a Jesús por parte de los niños y adolescentes de la iglesia, en la etapa infantil desde el nacimiento hasta los 12 años de edad y luego en la etapa de la adolescencia de los 12 años en adelante, con el fin de atraerlos a una amistad redentora y permanente con Cristo y también un compromiso con la Iglesia.
FILOSOFÍA
Dios da a la iglesia el mandato de alimentar a los corderos del rebaño (Juan 21:5) y llevar a los niños y adolescentes a Cristo (Mar. 10:13,14). Comisiona a la iglesia a evangelizarlos; fortaleciéndolos en su crecimiento espiritual con vistas a una relación de por vida con Dios y con la Iglesia Adventista del Séptimo Día.
Todos los miembros de iglesia tienen el privilegio y la responsabilidad por medio del amor de Cristo, a cuidar y ayudar a los niños y adolescentes a construir un sólido fundamento que les permita tener y mantener la óptica adventista del séptimo día a través de toda su vida.
La instrucción de Cristo en Mateo 18:5, 6 y 10 hace responsable a la iglesia por las acciones, influencia y actitudes con relación a los niños y adolescentes. Dios no desea que se pierda ni uno solo de ellos. Una iglesia que refleje la actitud de Dios hacia estos comprenderá la importancia de:
1. El cuidado de los niños
2. La interacción adulto-adolescente y
3. la participación de los niños y adolescentes en la iglesia.
Una fuerte conexión con la iglesia los protegerá durante la transición a la adultez y los preparará para futuras funciones de liderazgo.
MISIÓN
El Ministerio Infantil y del Adolescente, tiene la misión de crear en la mente de los niños y adolescentes el amor y la bondad de Cristo, ayudándoles a tener una base importante en las enseñanzas de la Biblia, el desarrollo de la fe y el carácter armónico en semejanza a Jesús.
VISIÓN
El Ministerio Infantil y del Adolescente existe para ayudar a preparar a cada niño y adolescente para que sean discípulos de Jesús, teniendo una vida plena y productiva en la tierra tornándose en ciudadanos del reino de los cielos.
1. “Es todavía verdad que los niños son más susceptibles a las enseñanzas del Evangelio; sus corazones están abiertos a las influencias divinas, y son fuertes para retener las lecciones recibidas. Los niñitos pueden ser cristianos y tener una experiencia de acuerdo con sus años. Necesitan ser educados en las cosas espirituales, y los padres deben darles todas las ventajas a fin de que adquieran un carácter semejante al de Cristo. “(Ellen G. White, El Deseado de Todas las Gentes, p. 515)
1. Los adolescentes necesitan y gustan de estar en grupo de amigos y tener encuentros sociales, por eso la iglesia deberá ofrecer actividades recreativas y sociales, en un ambiente cristiano y saludable; donde puedan desarrollarse actividades equilibradas y compartirse buenas amistades.
2. La adolescencia es una etapa de grandes cambios, que pueden generar conflictos, crisis existencial, dudas y hasta rebeldía, por eso la iglesia tiene que ofrecer orientación equilibrada con relación a familia, principios bíblicos, normas de la iglesia, tiempo del noviazgo y sexualidad, entre otros. La responsabilidad de la iglesia es orientarlos, con la visión Bíblica y Adventista, de lo contrario serán influenciados por la sociedad enferma que los rodea.